sábado, 28 de abril de 2012

Sinfonía

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Vestigio de autor con la sinfonía que me invoca, es mi simple boca o son mis oídos que no son más que rocas que se hunden en océanos profundos, el sentir no me impide lo inmundo ni acompleja los segundos por que lo imperfecto para el mundo es más que vida para mí, el goce de las historias que a mis pies se sustraen son las liricas fervientes que irradio al sentir. Veo colinas lejanas y si cinco son mis sentidos desearía tener 10 por que puede que dos ya no estén funcionando, hoy que veo colinas me contemplo al escuchar pero por desgracia solo escucho mi pensar. Intente ver el mundo y es que para mí todo lo oscuro que se ve, es tan solo un gris oscurecer que por medio de mi imaginación veo arcoíris en cada sentimiento, que puedo saber de colores o acaso son sin sabores pero con letras plasmo sin quejas lo que es la vida sin fin. Una vida rodeada de amor no por que me lo brinden, es mas siempre hay rechazo pero cuando pinto mis poemas con otro nombre soy exaltado en halagos, no preciso morirme para ser enunciado, son mis vestigios de autor tal como Beethoven o Van Gogh con un sentido menos lograron la perfección.

 

“En la bocanada y griterío de las sombras en la real transmisión sin escuchar, sin probar, sin oler, sin tactar; solo con sentir podemos describir, aun sin hablar puede mi mente crear sinfonías que los sujetos llenos de frialdad puedo hacer llorar, por que solo deseo sentir y es mi don el asentir con la cabeza  con un poco de humildad aceptar que es lo perfecto del mundo y sin el apoyo del mismo puedo subsistir”

Cortesía de un vagabundo

He vagado por el mundo en un sueño de un segundo, júbilo al soberano prestigio que desemboca en el solo y marginal pasillo donde cada vez veo más inconcluso lo que mis pupilas detallan, es verídico cómo la perdida del objetivo cuando miro cada objeto y se distorsiona entre los recuerdos y sucesos que forman mi experiencia pasada. He vagado entre montañas, ríos, cielos y mares. He vagado entre substancias que a los ojos de fieles son drogas infieles que a mito de sobreviviente no me queda mas opción que buscar entre sus placeres mi encuentro con lo natural. He vagado como el solitario que se enfurece en su ser, que a colillas de maltratos solo puede envejecer, con sus fumadas solo evita la nobleza que caracteriza al mundo pero que no suprime su verdad ni identifica los pesares que lo hacen madrugar cuando al levantarse de cada infierno consigue felicidad. Es cortesía del vagabundo no dejarse llevar por esos momentos gloriosos que no son más que pequeños retazos retrasados a los pasos, que no llegan ni un instante a ser realmente importantes.