Creyendo en lo imposible

Debo confiar en la ingenuidad de mis sentidos, donde cada pálpito deslumbra los corazones insensatos de aquellos que de sombras están cubiertos. Debo respirar de la nobleza que fue cementada tras el olvido de algunas cuantas ironías de la vida, y comenzar a olvidar que así como todos también tuve que padecer para encontrar el camino que enrumbé, lo que para muchos es el diario vivir. Debo de caminar sobre las persianas que en mi mente fueron cerradas tras la caída de todos mis sueños, cuando aun esperaba despierto creyendo que todo sería como antes. Debo levantarme cada mañana escribiendo en mi mente una nueva historia, para pisar firme y no volver a dejarme derribar por aquellas benevolencias que hicieron de mi vida una penumbra. Debo disipar los más mínimos deseos inconscientes que mi ser ansia, a fin de poder establecer un contacto con lo que algún día fue para mí soñar. Debo reír y llorar al mismo tiempo, encontrando las gracias ignoradas tras la gloria y la derrota, evidenciando que el ser persona me permite superar lo insuperable. Debo de suspirar entre vacios al encontrarme con el efímero sentimiento que todo volverá a pasar, y tendera a comenzar de nuevo como el caer de las hojas de un árbol y el restablecimiento del mismo.