Lo Dulce!

El leve deleite sobre lo dulce, separadas las gotas de cada motivo pues todo tiene un sabor, del gusto maestro la indiscutible perfección. No hay destino cual deponga la sonrisa de un niño, ni robe su magistral inocencia cuando de redondas maravillas se trata, puesto que el sentido no interfiere entre los deseos, y los actos al sueño, como de las variaciones al clima, ni del poder al ser; todo lo dicho y amado de que sirve sin ser denotado. Las chispas crujientes que roban salivas, sonrisas dementes y juegos de niños que manipulan sus actos para satisfacer sus placeres. Es cruel el tiempo no interponer la demora pues no todo dura la hora,  y el goce del niño que gozoso de ensueño siguió su desvelo entre los sueños. Van gustosos, dignos saltantes de azúcar, de vida, corren y gritan puesto que aquí no hay melancolía; es el mundo al horno que solo viven los niños que en su entorno pueden realmente disfrutar sin tanta amargura, y endulzar sus vidas como locos inciertos que miran la galleta como cual estuvieran en un desierto. Y a los seres triviales que muertos de angustias no hacen bocado por que su tiempo es limitado, es que madura el tiempo y el sabor lo has perdido, no valoras lo bueno y haces solo veneno para tu amor que ya no es relleno.

“A la dulce galleta que hizo de mis días un mundo bicolor, que le dio honor a mi vida una razón para cada di estar con vida. A esa dulce galleta que significo el crecer, conocer y envejecer. A esa dulce galleta que ha robado mis llantos, mis temores, mis obligaciones, que se convirtió en mi alma gemela y que sin importar el color de la leche cuando la combinara ella siempre le daba sabor a lo que mamá decía  (sin leche no vas ni a la esquina). Amada galleta no te hago un poema, no puedo darte ni flores, pero mis dulces palabras no serán tan amargas, como los seres triviales que llenos de angustias, se perdieron entre los ruegos cuando ya era tarde para saborear tu nombre”