martes, 1 de noviembre de 2011

Un Simple cuento que no es cuento

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Este es el cuento roto de donde parte la traición infame de un ser analítico, este cuento no persigue los sueños rotos ni alimenta el alma a más que de por si penetrar por los poros haciendo verídico lo que un día fue como la brisa del viento y aquel despertar solo fue un traspié, y la caída solo abrió un abismo sin pertenecer ni ser.

Este es el cuento de un niño que no se refería así mismo como tal si no que despliega sus palabras dando a entender, como la partida y despedida te forma desde los pies hasta convertirte en mas que placer. Una larga noche con un frio llevado al demonio, una noche incierta por las errores cometidos, una noche promiscua por los actos sin pensar, una noche que no solía acabar y las vicisitudes del destino al juego del niño solo se vieron encontrar del tiempo, por que la noche pareció no acabar y aunque se vea la luz del día aun sigue siendo de noche para muchos, cuando la pesadilla sigue permaneciendo como la casa de los sueños descrita ya en película y novela, no es una noche común porque siguen siendo todas las ramas y fragmentos de basura los que patea cuando seguidamente quisiera desvanecer lo que un día formo la noche y recuperar su día. Toda una noche narrada por 3 años, él dice que es mucho pedir, esa noche sin tormentas con una luna que placenteramente nace y no muere, para verlo deshacerse en llanto por que no concibe sacar de su mente las realidades contadas por aquel pájaro azul, que en una fragancia conllevo al dulce olor de la traición sin merito ni éxito, analítico cual sicópata envenado que no sabe lo que aun es amor que convalece el corazón como un órgano incierto y que amor nace del cerebro como seres móviles con procesos cual robot, que solo ejerce cual mecanismo. Analítico enfermizo que preguntar no debe al dolor, y aun lastima la herida provocando sentimientos que lo hacen desvelar al niño que tantas veces soñó lanzarse de la cornisa que nunca tuvo en su casa. Analítico conveniente lleno de gloria por quitar lo que no debe, roba al niño su juguete y oprime cada instinto del mismo para gozar por su miseria, es de no pertenecer que el quiere aparecer y pisotear al ser, aun sin que para él sea de noche no cuenta las cartas de la baraja que ya están siendo jugadas y que aunque nunca amanezca para el niño ni salga el sol, él solo pretende ya comenzar su juego de nuevo, y si la tristeza vino de las sombras y el ser que robo felicidad quiere más, pues será atropellado con elocuencia y razón, por que quien pisotea y abruma tus sueños no merece una mano, merece amor. Por que el niño promete al cielo sin orgullo de venganza, tal venganza que en silencio callar puede, y que sin lastimar sacara lagrimas de sangre por el perdón que no exige pero que debe ser permitido. El niño que camina despacio y que tras su ventana mira sin adormecer solo deleita su mirada en el pasado que no quiere perder, así las rosas rotas que tiraron al andar de su caballo mueran en desenfreno de la satisfacción, y el analítico solo cuente de sí lo que el crea convenir, por que como analítico posee la habilidad de despejar el cerebro y adueñarse de la realidad de otros por que suprime lo que para el mundo es real y su conjetura de bueno lo ejerce dependiendo lo que para el sea conveniente. Y la noche que permanece constante día tras día vera como el cielo torna un nuevo color por que de la traición, la envidia y rencor él lleno de nuevo su corazón para no temer por que quien lastima fortalece, quien envidia te hace valioso y quien te  odia te da importancia. Y es así como el niño se convirtió en hombre despejando ya el cielo para n vivir ni en oscuridad ni claridad solo dibuja el nuevo día por que si la frialdad posee el consentimiento de la razón pues será la tumba de quien no quiere aceptar su propia realidad fundamentada en lo que un día fue y debe volver sin parpadear, ahora depende de uno si vivir con el ser analítico que traiciona o si aleja de si lo que considera una matriz de problemas sin fundamento.

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