De manos negras

 

Es donde la creencia de manos oscuras permanece con locura, frágil como el viento que sucumbe en la tentación de ser perteneciente como el sabor que perdió la flor para el picaflor cuando esta marchito, aun así un arcoíris sublevando los aires donde el infinito aconseja a las estrellas no intervenir, tan claro en profunda noche donde ni la luna se atrevió a alumbrar. Esta creencia que imparte la existencia de no comer a alzados de bocas, donde el trabajo es una fascinación que con pasión de manos negras son las base fundamental del sudor que suplanta el esfuerzo, y que se ve amenazado por ese viento en contra que es la sociedad mal acostumbrada a sueños posibles, sin permitirle luchar a las estrellas que están plantadas en nosotros, y así como palancas cual facilidad ni con la luna se puede comparar por que quieren vivir por encima del aire sin tocar tierra ni plantar vida. Noble servidor que con estas manos que son mi fruto, has de permitir que mi esfuerzo no cese ni desmotive pues lo que imparto no es ni religión ni secta solo es la creencia que la fuerza de trabajo hace la grandeza de uno.