Receta imaginaria

Me oxigeno en el noble delirio persiguiendo las sombras dejadas al andar, las lunas se envuelven en mis brazos abrazándome al dormir, pero no cierran mis ojos donde se desvela un magistral pensamiento que conlleva a la narración de vivencias en el recuerdo, sin miedo escucho al mundo siempre decir ayúdame a olvidar. Pensaba en mi cuarto donde se dilataba el cielo notable del techo donde canto las penas que aterro al dormir, más si aún el recuerdo me permite volar a un mundo lejano donde lo transigente es la voluntad de uno y como sabio en el desierto me siento a pensar, como el mundo puede hallar en las manos del hombre si el recuerdo es base fundamental del ser, si el olvido por más sonoro y hermoso que se escuche son solo palabras al azar lanzadas por un romántico empedernido escondiendo sus dolores en palabras de aliento que alimentan su ser. No permitirse como ser innato de posibles sensaciones el decidir y junto con el perdón mantener los recuerdos como sanos, así el tiempo las haga parte de un pasado como una etapa normal de la vida, me cuesta tanto imaginar el dolor ingrato que envuelve al alma para decidir sobre el dolor ajeno, aquel dolor que nadie es proclive de idealizar o de hacer propio pues el dolor es de cada uno como la vivencia en el transcurrir.

Sentir que el mundo se acaba por algún recuerdo pasado o algún suceso que nos haga daño es normal como la muerte en su pura existencia, está en nosotros encontrar la salida no mediante el olvido puesto que tenemos recuerdos que aunque creemos barreras están ahí, están ahí como sonoras palabras que nos matan día a día si nos las dejamos vivir, y el tiempo dirá el momento exacto en que seamos capaces de aceptar por más doloroso que sea vivir en paz y en sano juicio, para saber que la única forma de hacer de esos recuerdos partes de un pasado es perdonar, perdonarnos, perdonar a la vida misma pues somos solo personas y debemos sentir para aprender. Seria lamentable que alguien tenga una receta imaginaria para olvidar, seria tan fácil dejar todo atrás por que siempre escogemos el camino mas corto, no dejemos aterrarnos y seamos fuertes por que de ese sufrimiento nacerá la fortaleza que nutra tus días y te permita sobrevivir ante las adversidades.