Ojos Dichosos

Los paisajes no son tan azules como cuando el cielo empieza a levantarse, bajo las calles de la inocencia voy dejando los caminos y me vuelvo nómada del destino, contenerme sentado bajo la   penumbra que el cielo me ofrece prefiero permanecer callado y quiero esperar un nuevo día cuando caiga el cielo y venga otro, esperar cada día un nuevo día sin desperdiciar mi mundo, recobijó mis días en tan solo esperar, prefiero estar solo para empezar a comenzar, pero cuando el comienzo se vuelve nulo por si solo pretendo renacer. Ni los vagabundos tienen el brillo en los ojos con que yo me suelo contemplar a esperar, pues es la grata razón la multitud de los ojos dichosos o es tan solo el sentimiento de esperanza con el cual me envuelvo entre mentiras. Quien me preguntaría si tengo tanto miedo que no se esperar, que tan solo el brillo de mis ojos es porque todo lo que está a mi alrededor me provoca tal sentimiento de angustia, cuando cada día sigue siendo el mismo y no cambia ni un segundo, que si el día cae más pronto yo sigo durmiendo entre cartones que asemejo con la cama de insomnio con el cual duermo despierto, cuando he de despertar o cuando he de querer levantarme para que realmente empiece el día, o es que el día sigue aun sin mí, soy tan irrelevante que el mundo no piensa en mí ni un segundo y continua su paso.

 

“Vivencias que ni un vagabundo se da el lujo de contemplar, el ciego pensamiento que lo introduce en el misterio de por qué su vida no cambia y continua como esta, no se trata de estar debajo de un puente o de contemplar un infierno, se trata de mal gastar el tiempo pensando que todo puede cambiar si nos sentamos a esperar, pero el mundo nunca espera ni comenzara a hacerlo porque nos consideremos dueños del cambio, sin acciones previas ni errores en el camino no hay un futuro cual seguir, podremos seguir esperando la eternidad y ese paisaje que quieres que se mantenga azul no lo será si lo nublas con tus vanas sensaciones y miedos, pues en el miedo estará abordado la oscuridad, resentimiento, odio y rencor. No por el mundo, si no porque temes realmente tomar decisiones que a tu vida le generen un bien”