Inconciencia a la razón

Las ventanas de donde provienen mis placeres, irrelevante cual sensato que a angustia del misterio me arrebato, es de simple acontecer que me siento con poder, estado de acción al mediocre evidenciar cual de las nublosas y alérgicas consecuencias no medito ni pretendo analizar, mis acontecimientos al principio del día donde estoy aterrado sin saberlo, desconozco del silencio que me posee cuando aparto de mi mundo toda conciencia a la razón puesto que actuó con presión por lo que mi acción es de dudoso proceder, como susurro entre las palabras escucho distante como debo de actuar, mas mi miedo cuando llega la noche y mis actos no dan premisa que solo me convierto en ser de libre actuar como tortura pues mi cuerpo ha caído desplomado en miserias, lo he agotado en placeres del lodo con el cual me arrepiento y a la vez me siento para poder continuar mal. Es una adicción a la humilde sensación de necesidad, a esa necesidad entre libertad y gloria que tan solo se vuelve real cuando mi mente es tan incapaz de ordenar hasta donde puedo llegar.

 

“El dilema de la inconciencia ante la naturaleza humana de libre consumo y libre presión, es oportuno como el estanque sin fondo donde no es necesario llenarlo, para saber que el estado de este no cambiara siempre hará faltara un poco mas, cómo no detenernos ante este borde del que venimos y arrojarnos a ese vacío que buscamos tan incesantes cual no existiera otra forma de llenar nuestras vidas, y es tan constante que el decir basta es solo una mentira para acobardarnos y seguir lo que ya hicimos parte de nuestras rutinas”