miércoles, 8 de abril de 2015

El polvo de tu espalda

sin tiempo

Tengo un espejo muerto sobre espejos dimensionados, escucho las llamadas caer cual señal probable y dichos sin ser, es que sin necesitar en el merecer ahora siento las voces gritar, como calmar si mi espíritu sano en la conciencia del alma solo no quiere escuchar, pues el polvo que dejaste en tu espalda teniendo el tiempo como redentor de lo tuyo abandonas el aire que promete un futuro, es todo tuyo el camino y sigue en tus pasos el sendero por que yo ya no quiero de ello, es cruel y magistral el tan solo pensar “Como odiar a quien no tiene tiempo con una vida llena de ocupaciones; es maldito el tiempo propio de cada uno”.

Cuando es sincero mi mirar al caminar donde no aspiro a meditar ni suspirar si mi vida es el magnetismo continuo entre luces verdes y rojas creyendo domesticar la vida, pues sin tiempo quiero vivir para no saber donde seguir y si mi espalda rozaras no será por la estúpida ausencia de mi vida, más sin demora he de estar para ti, por que amigo no es un dicho ni un placer es un privilegio de unos y virtud de otros, yo no plasmare en un libro mis relaciones por el mundo si el camino fue creado donde los hilos del tiempo y la vida se rompen aun sin ser cruzados, dispáreme por la calle que si divago esta noche es mi simpleza la que habla por el cansado pernoctar que me da el sueño en tu rogar, por que no hay ni caricias ni penas, el frio que sientes es solo el regreso de lo que para ti fue la ocupación, mañana sin regresar todo será normal, pues solo el principio vivido de que el equilibrio no esta medido hasta que tus prioridades forjen la humildad de tu tiempo y el mañana no sea tan tarde ni tan pronto.

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