miércoles, 8 de abril de 2015

Tómalo todo y déjame nada

ignorancia

Ser como la ignorancia la profunda y placentera ironía del nacer, el vivir en un conjunto perfecto de hábitos, relaciones y actos que nos conllevan en la tradicional cruel miseria del constante delito de ser un ignorante. Como diría algún sabio de este tiempo “bendito los sabelotodo” pero en este privilegio de ser el observador y no el observado solo me hago una pregunta ¿acaso los sabios lo sabían todo? el conocimiento es un poder demasiado grande que corta cabezas en un reino de fríos témpanos de hielo, que carece de humildad y una de sus armas perfeccionadas es la humillación en la cual como reyes de su mundo nada ni nadie puede contrarrestar lo que para ellos es una realidad, pero me hago otra pregunta ¿donde nace su conocimiento y donde termina su ignorancia?. Donde el rey se volvió sordo de escuchar sus propios pensamientos fue el momento que dejo de ser ignorante, donde por su complacencia de sentidos decidió quedar ciego para regresar a ver por que no hay mas conocimiento que el servido por su majestad. El sabio más sabio con humildad siempre dijo “yo solo que solo sé que no sé nada” y es ahí la tremenda circunstancia de grandeza de pensamiento, es ahí donde un sabio planta una realidad tan sencilla como declararse un ignorante de la vida por que el conocimiento es infinito y como tal el inicio no tendría un sentido si aun no tiene un fin, donde para unos comienza para otros termina.

“Tu que me declaras ignorante por la falta de conocimiento, que te crees rey en un mundo de nadie, donde miras sobre tu hombro haciéndote así mismo ver como el dueño de la verdad que tan dulcemente lo callas, pero tristemente sueles humillar con tanto gusto, te llenas de un sentimiento de grandeza donde nadie te la dio, tómalo todo y déjame nada, por que donde el conocimiento es infinito yo cree mi universo y en la infinidad de mi ignorancia moriré con una sonrisa grata de saber que no todo tiene una explicación ni una respuesta”

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